Más de una treintena de inmigrantes del Centro de Estancia Temporal (CETI) de Melilla saldrán este año, por primera vez, en procesión como portadores de trono durante la Semana Santa de la Ciudad Autónoma. Treinta hombres y 4 mujeres, todos ellos de origen subsahariano y que procesan la fe cristiana católica, se apuntaron en la lista de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío.Según explicó el gestor de esta cofradía, Gregorio Castillo, la iniciativa partió de los propios inmigrantes hace unas semanas, cuando asistieron a un acto de besapiés del Cristo y se inscribieron para participar en la procesión.La imagen de Jesús Cautivo y María Santísima del Rocío hará su estación de penitencia el próximo 9 de abril, durante la celebración del Jueves Santo, en un recorrido que se prolonga durante diez horas, aproximadamente.Los inmigrantes participarán, fundamentalmente, en el trono de la virgen, que es el que, por su dimensión y peso, necesita mayor número de porteadores.Los subsaharianos están participando en los ensayos procesionales, con el objetivo de que se hagan con los toques y las órdenes del capataz antes de Semana Santa.Según Castillo, se les está instruyendo de forma especial, ya que la mayor parte de los inmigrantes no domina el castellano y únicamente hablan el inglés o el francés.De momento, tienen previsto participar en la procesión del Jueves Santo, aunque no descartan volver a salir el Domingo de Resurrección, día en el que el trono de María Santísima del Rocío volverá a salir por las calles de Melilla.Es la primera vez que un grupo de inmigrantes participa en una procesión en la Ciudad Autónoma, aunque en años anteriores, precisamente ante la falta de portadores, algunos tronos fueron procesionados por personas de diferentes confesiones religiosas.La Cofradía del Cautivo y del Rocío fue también pionera en Melilla, al ser la primera en permitir que mujeres se convirtieran también en portadoras de trono junto con hombres en un mismo paso.
(El Faro de Melilla 27-3-2009)
Quizás sea la Hermandad melillense que menos problemas tenga a la hora buscar portadores para sus tronos, es probable que tenga la mayor nomina de hermanos de Melilla y sin duda es la que más vida tenga durante el año. Una y mil razones podrían enumerarse para que esta corporación no tuviera necesidad de recurrir a ningún colectivo para ayudar a sacar sus tronos a la calle, pero no es así, ellos no han querido volver la espalda al tema de la inmigración. La Hermandad del Cautivo de Melilla es una de esas hermandades populosas de barrio. Ellos, probablemente, no podrán presumir por la riqueza de sus tronos ni siquiera por tener unas lujosas dependencias, pero la humildad está visto que no esta reñido con el compromiso con aquellos que les rodean. Ellos han abierto sus puertas a esos otros que apenas tienen recursos, a esos hombres y mujeres de color que se ven en tierra de nadie, desesperados por su situación y rechazados por todos.
El mejor precedente lo encontramos en la Hermandad de “Los Negritos” de Sevilla, de la cual Don Félix González de León dijo en 1852:
"Pocas cofradías hay que con tan buenos fundamentos puedan acreditar su antigüedad como la presente. Por fines de siglo XIV, y principio del XV, era muy común en esta ciudad el tráfico de esclavos negros. Esto multiplicó infinito esta clase de habitantes, y se reunían, con licencia de sus amos, en los días festivos; siendo generalmente bien tratados y queridos; por lo cual, el Arzobispo, que entonces era D. Gonzalo de Mena, les formó esta hermandad de cofradía del Viernes Santo, con hospital anejo a su capilla, que desde luego principió a labrarse en el sitio que hoy ocupa, y que se estrenó el año de 1403."
También hace referencia a esta el cronista cofrade José Bermejo ya en 1882:
"La hermandad del Santísimo Cristo de la Fundación, o de los Negritos, tuvo principio por los años de 1400. Esta corporación, fundada por don Gonzalo de Mena, Arzobispo de Sevilla, no reconoció otro objeto que el amparo y socorro de los Negros, clase por lo común pobre y desvalida, para cuyo efecto les hizo dicho Arzobispo una casa hospital. Con suerte varia continuó estar hermandad hasta la mediación del siglo XVI, en que estando sin duda perdida se restableció de nuevo bajo el instituto de Cofradía de disciplina, como aparece de su regla".
Este año en Melilla se estrenaran sonrisas, sueños y ganas de una vida mejor, sus varales estarán cargados por hijos de Dios, creyentes con las manos vacías pero con el alma llena de fe. El Señor y su Madre Bendita han querido tallarlos (que así se dice en los tronos) y llevarlos cerca de ellos, aceptándolos como hermanos sin ningún requisito, sólo el amor y espíritu cristiano. Un verdadero ejemplo de integración y de hospitalidad ante la adversidad diaria de estos inmigrantes.
Este año en Melilla se estrenaran sonrisas, sueños y ganas de una vida mejor, sus varales estarán cargados por hijos de Dios, creyentes con las manos vacías pero con el alma llena de fe. El Señor y su Madre Bendita han querido tallarlos (que así se dice en los tronos) y llevarlos cerca de ellos, aceptándolos como hermanos sin ningún requisito, sólo el amor y espíritu cristiano. Un verdadero ejemplo de integración y de hospitalidad ante la adversidad diaria de estos inmigrantes.
Espero que los medios sepan tratar la noticia con la medida justa y que no se convierta en una atracción nacional para cubrir los espacios informativos. Es una medida solidaria que debe seguir la línea caritativa y acogedora de las Hermandades, dejando a un lado la propaganda que se le hace a la minúscula acción social de las hermandades (no todas). La discreción brilla por su ausencia en este tipo de labores en el mundo cofrade. La ayuda es muy poca y los cofrades tardamos muy poco en llenarnos la boca hablando de nuestra infinita aportación a la sociedad, cuando estamos a años luz de muchas asociaciones cristianas cuyas bases son las mismas que las nuestras.
“Cuídense de no hacer sus obras de caridad delante de los hombres; no se entere tu mano izquierda lo que hace la derecha” (Mateo 6:1-4).
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