jueves, 20 de noviembre de 2008

¿"Hermanos Loteros" o "Loteros Profesionales"?



Se acercan las fechas navideñas y con ellas se comienzan a ver las participaciones de las hermandades, tacos y tacos de lotería que se terminan de sellar con el mismo sello que se estampa en las actas de los cabildos o en las papeletas de sitio. Un año más se lanzan a la calle multitud de hermanos con la intención de encajarnos lotería poniendo de excusa la necesidad que tienen para realizar enseres, construir casas de hermandad o de pagar a tal o cual Banda. Por no decir de los establecimientos donde también venden la suerte de muchas hermandades (si alguno vendieran todas las que tienen, harían más caja que en toda la Navidad).

La Navidad en las hermandades es una época de convivencia, de reunirse en torno a un Nacimiento y en la mayoría de buscar bolsas de alimentos o operaciones “kilo” anunciadas a bombo y platillo. Hasta ahí llega el espíritu navideño entre nosotros, si bien cada ciudad marca sus costumbres, sus ritos y su impronta. En Jerez por ejemplo las Zambombas llenan casas de hermandad al igual que ocurre en Lebrija y en muchos sitios de Andalucía donde se están extendiendo (en algunos lugares con más acierto que en otros).
Pues bien, me gustaría hacer una pequeña reflexión, un pequeño apunte para lo que se nos viene encima, una meditación acerca de nuestro papel en la sociedad que nos rodea.

Las Hermandades son asociaciones que viven cercadas en un mundo marcadamente aconfesional, lleno de materialismo, donde la carencia de valores y de principios marcan el devenir de los días, que nos enguyen y nos contagian. Esto consigue que perdamos el norte y que las intenciones se queden tan sólo en eso. Pensemos fríamente en los dos valores en los que se cimientan nuestras corporaciones, el piadoso y el caritativo, ¿Dónde han quedado?, ¿Sólo nos vale aquella acción que se puedan pregonar a los cuatro vientos? y una vez más ¿Por qué no echamos los faldones abajo y en la oscuridad, sin nadie que nos observe damos lo mejor de nosotros?
Jesucristo nos dijo: “Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha…” (Mateo 6. 3-4). El Señor se refería a la forma de dar limosna, a la forma de orar y a la forma de comportarnos. Nuestro testigo es Dios, el no pone condecoraciones, ni da minutos de Gloria a aquellos que se jactan de sus buenas acciones. La lealtad, la obediencia, la entrega, el respeto son conceptos para llevar a gala en el interior de uno mismo, de una forma espiritual, no como una tarjeta de presentación.

Estos días, cuando veamos las bolsas de alimentos, espero que nos paremos un segundo y tomemos conciencia de si es en realidad eso lo que necesitan nuestras personas mas desfavorecidas. En muchos casos nuestras ciudades están cerca de focos de pobreza que no nos interesan o que no queremos ver, Centros de Inmigrantes, Barrios comidos por las drogas con madres desoladas, cárceles llenas de almas etc ... En la mayoría de los casos están atendidos en lo básico para sustentar sus cuerpos y mitigar su hambre, pero el verdadero vacío, su pobreza, va más allá de un aguinaldo. La soledad, la añoranza, la melancolía no se colma con un hecho puntual en el calendario. No podemos hipotecar nuestra bolsa de caridad a estas acciones más que renombradas, porque pueden llenar nuestras listas de actividades anuales, pero nunca dará sentido a nuestra misión dentro de las Hermandades y Cofradías.

La Lotería es la vida que les ha tocado vivir a ellos, y ahí no prima la suerte sino la acción social y la colaboración de todos desinteresadamente.


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