viernes, 21 de noviembre de 2008

Granada.






Granada es, ante todo y se enorgullece de serlo, la ciudad de la Alhambra, la ciudadela que los reyes nazaritas levantaron sobre la Colina Roja (Al - Sabika) y que habría de proporcionarle gloria y fama eternas.
Única ciudad española que desconoció la Edad Media cristiana, la cultura y la civilización islámica ocuparon por completo este periodo de su historia y la marcaron de forma indeleble. La conquista cristiana le permitió asistir al crepúsculo del arte gótico y dejó en ella las huellas de un Renacimiento que aquí tiene color y vida propia. Con la expulsión morisca la influencia arábiga se adormece y son el Renacimiento y el Barroco los que imponen sus normas y los que dan el tono ciudadano; pero la fuerza y el recuerdo de ocho siglos de dominación musulmana han estado y estarán siempre presentes.
Su posterior evolución, su desarrollo cristiano, ha estado constantemente mediatizado por el legado islámico. A él, le debe Granada su acusada personalidad, su profunda e íntima originalidad; pero su patrimonio artístico no se limita, como suele creerse, a monumentos árabes. La conquista cristiana y las épocas que siguieron a ésta dejaron en Granada sus más nobles huellas. Oriente y Occidente se hermanan en Granada; y en el terreno artístico, la Catedral y su entorno, de obligada visita, son buen ejemplo. Allí encontraremos la Madraza (antigua Universidad árabe) y su oratorio, único resto conservado del antiguo edificio árabe; la Capilla Real, de estilo gótico y la Catedral, soberbio ejemplo de la convivencia de diversos lenguajes arquitectónicos en un mismo espacio, cuya traza fue concebida en gótico, su construcción y ornamentación se hizo atendiendo a esquemas renacentistas para terminar, y así lo es su fachada principal, en barroco. Completan este rico conjunto los edificios del Palacio Arzobispal y de la Curia Eclesiástica. Y esto, que sería más que suficiente para constituir el patrimonio de una ciudad de arte, es sólo una parte de Granada.
Ciudad única, ciudad de intensos contrastes y de encuentros diversos - humanos, culturales, naturales e históricos - en ella se completa la unidad de España y de ella parte el impulso decisivo que llevó a Colón a descubrir las tierras de América poniéndose así fin a una etapa y comienzo a otra, ambas trascendentes, en la historia de España.
Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984 - 1994(en 1994 extensión de la Alhambra y del Generalife, incluyendo el barrio del Albayzin)





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