Obama Alcanza la Casa Blanca.

No me gustaría quitarle la ilusión a todos esos que están tan contentos con el juramento de Barack Obama como Presidente de los Estados Unidos, no quisiera ser yo ese aguafiestas de aquellos que sueñan con una América distinta. Ayer se confirmo en los fastos de su investidura y pudimos comprobar como todo volverá a ser igual. Estamos hablando de un país plural pero con valores, de una nación grande pero vinculada e identificada con su bandera. La pluralidad de la que presumió el nuevo presidente nunca puede ajustársela a él, por su clase social, por su educación (Universidad de Columbia, 1983, Universidad de Harvard, 1991) y sin duda alguna por el gabinete de gobierno que le rodea. Ha crecido entre iguales, blancos o negros, pero sin duda alguna del mismo extracto social.

Me encantaría saber que ven los españoles que lo defienden a capa y espada y se suman a su imagen. Esa izquierda partidista ¿Qué ve en Obama para sentirse reflejados en dicho líder?
La gente de color en EE UU ha crecido en el todo de su nación y van de la mano con la potencia militar de su país, con las fuertes convicciones morales y religiosas, y por otro lado, se sienten parte de ese “sueño americano”. ¿Qué similitud tiene con el gobierno de izquierda español?

Por otra parte, no quisiera pasar por alto la gran relación de los judíos americanos y la política, el 15% de los congresistas americanos son judíos. Los judíos norteamericanos hacen un esfuerzo significativo en sus vidas diarias para inclinar la política exterior estadounidense de forma que beneficie los intereses de Israel. Sus actividades van desde simplemente votar candidatos pro-israelíes hasta la escritura de cartas, contribuciones financieras. A todo esto tendríamos que sumarle muchas de las grandes fortunas, productores de Hollywood y el corazón judío estadounidense que es el poderoso sector financiero de Wall Street.

Por estas razones, me hace gracia ver a todos aquellos que tienen una imagen global del mundo tan subgeneris y tan ligada a aquellos que adoctrinan sin conocimiento alguno, aquellos que se permiten el lujo de opinar de una economía sostenible en la cual no participan.
En conclusión, a todos aquellos que defienden a ultranza al nuevo mandatario rogaría que se informaran de la idiosincrasia del pueblo americano y sus virtudes. Defendamos lo que está pasando aquí, dejemos de ser ficticios jueces de la paz mundial y no os suméis a más símbolos contradictorios entre sí (que vais a pasar del pañuelito palestino a las barras y las estrellas), porque eso sólo habla de desconocimiento, de borreguismo y de falta de identidad.

Sólo se me ocurre terminar este artículo de la misma manera que ha acabado el discurso Obama:

“Que Dios os Bendiga y que Dios Bendiga a América”.